Casa

Victoria Lee

Casa es un monólogo interior que no solamente suscita en quien lo lee las emociones que está experimentando la narradora, sino que también resignifica el término «casa». Se las ingenia para hacer sentir en el o la lectora la nostalgia y la locura que conlleva vivir fuera de casa en circunstancias de huida.





Contenido

1. Cuento



Cuento


Otra vez. No morí, tuve que despertarme… hace frío. ¿Cuánto frío sentiré cuando me muera? Porque creo que sí, los muertos aún sienten. Tengo que prepararme. No quiero entrar al baño, eso significa que el día sí tiene que comenzar. Quiero volver a despertar en casa, extraño el ladrido de mis perros y el parloteo del loro… extraño las madrugadas cálidas… Quiero volver a despertar en casa. Anoche volví a escuchar el sonido de las balas y de los morteros, me pareció ver por la ventana a todos los muchachos que pasaban corriendo… claramente escuché sus pasos. ¿Qué estará pasando ahorita? Yo estoy aquí… me fui. Mamá, espero que no hayás llorado más luego de que nos montamos en el bus. Espero que las sonrisas que te comparto por la pantalla del celular te convenzan de que estoy bien… ¿estoy bien? Todos los días camino por calles que apenas conozco… Cada mañana que despierto necesito dos minutos para reconocer que esta no es mi casa… estoy abrazando esta almohada con la esperanza de que se transforme en mi mamá, patético. Se supone que ya soy una mujer y debo enfrentar el mundo… ¿por qué debo enfrentar el mundo? Ya empecé a llorar… no merezco llorar. Ya derramé muchas lágrimas ante la impotencia de todo este desastre. Desde el último mes todo ha sido igual. Bueno, no todo… ayer le pregunté la hora a una señora y fingió no haberme visto, luego le pregunté a un hombre que caminaba con un niño… apartó al pequeño de mi camino. Tuve que dejar mi casa… quiero ir a mi casa, quiero despertar otra vez en mi casa… no hice nada malo, ¡yo no he hecho nada malo! Los que sí lo han hecho… pero, fui yo la que tuvo que irse. Respirá, respirá… de nada sirve respirar. Si mañana vuelvo a respirar será otro día en el que tenga que pensar qué sucederá conmigo, qué sucederá con mi familia. Quiero volver a despertar en mi casa, quiero volver a jugar en el patio, quiero volver a abrazar a la gente que conozco. Quiero consolar a mi mama cuando esté rezando el rosario… los últimos días no se despegaba el rosario de las manos. Todas las tardes, pasaba sus manos sobre las cuentas de madera pintadas de negro y recitaba sus oraciones mientras mi papa subía el volumen de las noticias para no perderse de nada. Seguramente no se han despertado. Los perros deben estar rasgando las puertas exigiendo su comida… ¿qué se sentirá volver a despertar en casa? ¿Por cuánto tiempo estaré lejos? Respirá, respirá… es curioso cómo ha pasado el tiempo. Los días no se deciden entre ser largos o entre ser cortos. Respirá, respirá… ¿quién habrá dicho que respirar es una buena técnica para relajarse? Entre más lo hago mi corazón empieza a bombear más rápido. Quiero correr… quiero volar. Las manos me tiemblan, pero no es por el frío. Ya debo dejar la cama, ya debo entrar al baño. Fui yo la que tuvo que huir. Pero ya esto había pasado, todas las hermanas de mi abuela huyeron también, cuando ni ellas ni sus hijos tuvieron la culpa… quiero volver a casa, ¿estará esperándome mi casa?